Sentados en corro merendábamos, besos y porros y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa. Te morías por volver con la frente
Categoría: Letras

No permita la virgen que tengas poder sobre lágrimas, egos, haciendas, cuando labios sin ánima quieran querer- te al contado liquida la tienda. No te

Tenemos memoria, tenemos amigos, tenemos los trenes, la risa, los bares, tenemos la duda y la fe, sumo y sigo, tenemos moteles, garitos, altares. Tenemos

-¿Qué adelantas sabiendo mi nombre? cada noche tengo uno distinto y, siguiendo la voz del instinto, me lanzo a buscar…- -imagino- preciosa -que un hombre-

Todo empezó cuando aquella serpiente me trajo una manzana y dijo: «prueba» Yo me llamaba Adán, seguramente tú te llamabas Eva. Vivíamos de squatters en

La noche que Guillermina no contenta con la patria potestad y el ático en Concha Espina, quiso el Volvo en propiedad, tirado en una cuneta
Algunas veces vuelo y otras veces me arrastro demasiado a ras del suelo, algunas madrugadas me desvelo y ando como un gato en celo patrullando
Son casi las 6 como cada mañana y la cabeza me da vueltas de campana. La vida huele a serrin y a sueldo de camarero

En la 69 punto G tiene el corazón una oficina donde don Nadie gana al ajedrez y los adivinos adivinan y los aladinos aladinan y
Cada mañana bostezas, amenazas al despertador y te levantas gruñendo cuando todavía duerme el sol, mínima tregua en el bar, café con dos de azúcar