I] Esta semana me enchufo las pilas, cuarto menguante de rota garganta, ni estrés, ni valium, ni coca, ni tila, hoy, mademoiselle, carretera y top

Se llamaba Soledad y estaba sola como un puerto maltratado por las olas, coleccionaba mariposas tristes, direcciones de calles que no existen. Pero tuvo el

Se enamoró de mis baladas suburbiales Igual que se enamoran las miopes abogadas defensoras De abyectos criminales. Lejos de mí, colgarme agravios y medallas Resabios

Incluso en estos tiempos veloces como un Cadillac sin frenos, todos los días tienen un minuto en que cierro los ojos y disfruto echándote de

A la hora del atraco y la pensión, cuando el infierno acecha en la escalera, cuando pierde los nervios la razón, y cruza el perseguido

Excepto las de la imaginación había perdido todas las batallas. Un domingo sin fútbol nos contó, vencido, que tiraba la toalla y nadie lo creyó.
Si la angustia no tuviera tantos meses, si pudiera huir de esta ciudad, si el milagro de los panes y los peces consiguiera darnos de

José Tomás canta como Tiziano, levita como dios, saca de quicio, se venga del bochorno del verano, prende un horno sin juegos de artificio. Compite

Javier Menéndez Flores es uno de los escritores que mejor conoce a Joaquín Sabina, de él tenemos «Perdonen la tristeza» y «En carne viva», libros en los que se habla

Ni ángel con alas negras ni profeta del vicio ni héroe en las barricadas ni ocupa, ni esquirol ni rey de los suburbios ni flor